El porcentaje de grasa corporal indica qué proporción de tu peso total corresponde a grasa. Es más preciso que el IMC para evaluar la composición corporal y riesgos de salud, especialmente en atletas con alta masa muscular.
Para hombres: 10-22% (atletas 6-13%, fitness 14-17%, aceptable 18-24%). Para mujeres: 16-30% (atletas 14-20%, fitness 21-24%, aceptable 25-31%). Las mujeres necesitan más grasa esencial que los hombres.
Los métodos más precisos son DEXA, bioimpedancia profesional y pliegues cutáneos con calibrador. Nuestra calculadora usa fórmulas validadas como US Navy que son bastante precisas para uso general.
Se recomienda medirla cada 2-4 semanas si estás en un programa de pérdida de peso o ganancia muscular. Para mantenimiento general, cada 2-3 meses es suficiente para monitorear cambios.
Sí, puede variar por hidratación, comidas recientes, ejercicio y ciclo menstrual en mujeres. Para mayor precisión, mide siempre a la misma hora, preferiblemente en ayunas por la mañana.
Hombres: 6-13% (atletas), 14-17% (fitness), 18-24% (aceptable), 25%+ (obesidad). Mujeres: 16-20% (atletas), 21-24% (fitness), 25-31% (aceptable), 32%+ (obesidad). Las mujeres necesitan más grasa para funciones hormonales y reproductivas.
DEXA (±1-2%): más preciso. Bioimpedancia (±3-5%): conveniente pero variable. Métodos antropométricos como US Navy (±3-4%): accesibles. Pliegues cutáneos: requieren experiencia. Nuestra calculadora usa métodos validados científicamente.
La grasa abdominal (visceral) es más peligrosa que la subcutánea. Aumenta riesgo cardiovascular, diabetes y síndrome metabólico. La relación cintura-cadera es un indicador clave: >0.9 hombres y >0.85 mujeres indica riesgo elevado.
Déficit calórico moderado (300-500 cal/día), ejercicio cardiovascular, entrenamiento de fuerza (preserva músculo), dieta rica en proteínas (0.8-1g/kg), hidratación adecuada, sueño de calidad (7-9 horas). Evita dietas extremas que causan pérdida muscular.
Sí. Grasa <5% hombres o <12% mujeres puede causar: problemas hormonales, amenorrea en mujeres, sistema inmune debilitado, pérdida de densidad ósea, fatiga crónica y problemas de termoregulación. La grasa esencial es vital para el funcionamiento corporal.